UNA LINDA HISTORIA DE REYES MAGOS

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Tarde o temprano, en ocasiones antes de lo que nos gustaría, llega el momento de hablar con los hijos sobre el secreto de la Navidad y de los Reyes Magos.  Normalmente,  alrededor de los 8 o 10 años, los niños mantienen la fantasía de que los Reyes Magos reparten regalos por todo el mundo.

Pero un buen día, o bien porque se lo contará otro niño o por su propia madurez, tocará sentarnos y hablar con ellos sobre este tema.

Si acaso ha llegado ese momento, o si quiere preparar a los más pequeños desde ahora, queremos compartir esta hermosa versión como un bonito cuento de los Reyes Magos que nos vendrá muy bien guardar.

Y la historia dice así…

Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al portal para adorarle. Le llevaron regalos como prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:

— ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.

— ¡Oh, sí! —exclamó Gaspar—. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.

Baltazar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:

— Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.

Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharlos muy atento, sonrió y su voz se escuchó en el portal:

— Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?

— ¡Oh! necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.

— No os preocupéis por eso –dijo el Niño–. Yo os voy a dar no uno, sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.

— ¡Sería fantástico! Pero ¿cómo es posible? —, dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.

— Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños?

Sí, claro, eso es fundamental—, asintieron los tres Reyes.

— Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?

— Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje— respondieron cada vez más entusiasmados los tres.

— Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?

Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que el Niño Jesús estaba planeando, cuando su voz de nuevo se volvió a oír:

— Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, yo ordeno que, en la madrugada del 6 de enero, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que, en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen.

También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.

A pesar de vivir en la era de la tecnología, hay tradiciones que no debemos perder, esperamos que esta breve historia sea útil y deseamos que tengan un excelente Día de Reyes.

Fuente: (Rovati, 2022)